La existencia
del tramo viario del Beneficio ,
en Collado Mediano, nos permite añadir un elemento más del posible trazado de
la vía XXIV del Itinerario de Antonino, de forma que si hacemos caso a esto
encontraríamos que el camino descendía de la Sierra de Guadarrama hacia Collado
Villalba por una ruta distinta de la establecida
por Blanquez y Sánchez Albornoz (Jiménez Guijarro, 2006, pág. 54) . Según Jiménez
Guijarro el camino que seguía la calzada es el que desde La Fuenfría se dirige
por la Carretera de Los Molinos a Collado Mediano, ahí el camino discurriría a
media ladera y en el fondo del valle, queda complementado con la distancia en
millas que separa Segovia y Miaccum,
tal y como lo señala el Itinerario de Antonino.
La mansio de Miaccum, que según el Itinerario de Antonino, se situaba entre
Segovia y Titultia, sabida es la
existencia de una interpretación centenaria que la localiza en los alrededores
de Madrid, junto a la casa de Campo, idea que se ha revitalizado en los últimos
tiempos. Otros la sitúan en el piedemonte serrano, en los yacimientos de
Monesterio (San Lorenzo de El Escorial) o El Beneficio (Collado Mediano), que
comparten características, amplia cronología y situación junto a una vía de comunicación.
Estos últimos yacimientos aportan, además, el cumplimento de las distancias
desde Segovia. No existen elementos suficientes para inclinarse por uno u otro.
Lo más propicio es considerar que la mansio
no estaba estrictamente junto al camino, sino que se accedía a ella
mediante un corto diuerticulum, no
que no cabe esperar un asentamiento urbano al que asociar Miaccum, sino varias posadas próximas y de similares
características (Caballero, 2006, págs. 44-45) . De El Beneficio se sabía
lo que arias recogió en los años 70. De estos datos se colegia la existencia de
un emplazamiento romano sin más. Seguramente el peso de los descubrimientos
realizados en las inmediaciones de Arroyo Guatel, hicieron que la balanza se
inclinase a favor de la creencia de que debería estar allí (Jimenez
Guijarro, 2005) .
Antes ya se habían señalado la
existencia entre los términos de Guadarrama y Collado Mediano.
Desde que se
iniciaron las excavaciones en 2004 el creciente número de restos recuperados y
la existencia de diversas fases de construcción sucesiva, cronológicamente
similar a los pretendidos momentos de construcción y reparación del camino de
La Fuenfria, ha llevado a Guijarro a la conclusión de que el Beneficio es la mansio perdida de Miaccum (Jimenez Guijarro, 2005) .
El edificio
presenta una estructuración peculiar en torno a unos baños modestos a los que
se anexan áreas de servicio y un tramo vial empedrado que le da acceso. Todo lo
descubierto parece señalar que se trata de una edificación con una función muy
concreta y funcionalmente estructurada
para la prestación de un servicio determinado. De esta manera Gijarro
observa que Miaccum debió de ser una posada de cierta importancia, eso sí, dada su ubicación en el acceso al paso de
Sierra (Jimenez Guijarro, 2005) .
Parece existir
una relación entre el trazado del viario romano y la existencia de un camino
previo de origen indígena, lo que a Jimenez Guijarro le permite suponer la
existencia, en las inmediaciones de algunos de los principales puntos de parada
en el trayecto, de restos de poblaciones indígenas. No en vano el comercio y en
ocasiones la defensa también les incumbía a ellos.
Siguiendo una
técnica de localización, que Jimenez Guijarro ha empleado en su investigación,
basada en las distancias máximas de radio. Según esta y basándose en los datos
del itineario, se ha trazado una serie de círculos y arcos de círculos desde
los puntos seguros y otros, provisionales, desde los lugares posibles de
localización. Esta regla ha detectado que suele cumplirse que las distancias
entre las distintas mansio no excede
el arco máximo de radio. Como es de esperar, las mansio suelen situarse dentro de ese radio máximo, entre 2 y 5
kilómetros (Jimenez Guijarro, 2005) .
En lo
referente al trazado conservado, en un más que óptimo estado de conservación,
se observa que está constreñido por los bordillos laterales formados por grandes
bloques de granito, un relleno de tierra y piedra menuda, organizado
estratigráficamente. Siguiendo el camino encontraríamos una construcción, en
proceso de excavación, que deja atrás
para continuar de forma recta hacia las tierras de los términos municipales
de Collado Villalba y Galapagar (Jiménez Guijarro, 2006, pág. 52) .
Este edificio, conserva algunos elementos, como son las termas según Caballero
Casado, aunque Jiménez Guijarro duda de esto debido a que no se ha encontrado
el suelo calefactado, sino un conjunto de tres salas articuladas de modo
canónico y que conforman un ala del edificio.
Se han
constatado dos fases sucesivas de edificación. Los restos de la primera fase
corresponden casi exclusivamente a los niveles de cimentación/fundación. De la
fase de contacto entre la fase I y II proceden algunos de los materiales más
interesantes que nos permiten alcanzar una cronología para el siglo I d.C. para
la fundación inicial del edificio. Los materiales de esta primera fase son
escasos, de forma que se presenta como una evidencia de la intención de
desmontar primero la fase I antes de iniciar la construcción de la fase II (Jiménez Guijarro, 2006, pág. 53) . Para esta segunda
fase se usarían los cimientos de la Fase I como soporte directo para algunos de
los muros de la fase II, y parte de la techumbre sería usada para nivelar el
terreno, que sería usado por los investigadores como capa de separación de las
dos fases constructivas.
Los materiales
encontrados de la primera fase son pobres y se reducen a fragmentos de cuenco
de la forma Ritt 8. Los materiales de la Fase II presentan una clara
preponderancia de los elementos datados a partir de 320 A.D., con una notable
representación de la forma 37T y de los platos y fuentes (Palol 3, Lamboglia 59,
74 Palol 4). Las decoraciones se aprecian un recurso casi exclusivo a la
temática de los grandes círculos y lúnulas, con claro predominio de cerámicas
lisas de engobes pobres, de mala calidad y pastas anaranjadas propias de las
producciones africanas.
La musealización
del tramo de la calzada está reducida a un panel explicativo de madera con una
chapa de metal, donde se explica a qué vía pertenece el tramo, y la
estructuración de las calzadas en sus distintos niveles tal y como se ha
explicado anteriormente, así como una réplica de la calzada.
Esto se ve en la proximidad al centro de interpretación del Beneficio. Resulta interesante la construcción de un camino paralelo a la calzada que la sigue hasta que se pierde su rastro en la cercanía a la construcción del beneficio, este camino permite observar las características de la calzada en los tramos que se conservan.
Esto se ve en la proximidad al centro de interpretación del Beneficio. Resulta interesante la construcción de un camino paralelo a la calzada que la sigue hasta que se pierde su rastro en la cercanía a la construcción del beneficio, este camino permite observar las características de la calzada en los tramos que se conservan.
El gran
protagonista, con razón, de la musealización de este yacimiento arqueológico es
la considerada Mansio. Que queda
musealizada con la presencia propia de la construcción y de un centro de interpretación, donde a través de una secuencia de paneles se realiza
un paseo por los orígenes históricos de Miaccum,
pasando por su función socioeconómica.
Bibliografía
Caballero,
C. (2006). Madrid romano: nuevos puntos de vista. El Nuevo Miliario,
37-48.
Jimenez Guijarro, J. (Enero de 2005). Plataforma
Galapagar. Recuperado el 24 de Junio de 2014, de Plataforma Galapagar:
http://www.plataformagalapagar.com/Default.aspx?tabid=152
Jiménez Guijarro, J. (2006). "El
Beneficio": Una ya vieja alternativa para Miaccum. El Nuevo Miliario(3),
49-56.
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