viernes, 29 de enero de 2016

El Cisma de Occidente (I)

El Cisma de Occidente fue un conflicto generado ante la elección casi simultánea de dos papas, cuya investidura dividiría la lealtad espiritual de los reinos cristianos entre ambos desde 1378 hasta 1417.

¿Cómo se llegó a esta situación? En 1309, a causa de la convulsa situación política italiana y de las presiones de la monarquía francesa sobre Clemente V, los papas habían asentado su residencia en Aviñón, en el sur de Francia. Tras setenta años de estancia en la ciudad francesa, la sede papal había finalmente retornado a Roma en 1377 por voluntad del séptimo pontífice aviñonés. Sin embargo Gregorio XI, el pontífice que había orquestado dicho retorno, moriría  menos de 15 meses después, en marzo de 1378, por lo que la situación de la Iglesia aparecía insegura. Tras su fallecimiento se produciría una conflictiva sucesión.

miércoles, 27 de enero de 2016

Amilcar Barca: Avanzando hacia la segunda Guerra Púnica

Hace 2300 años el Mediterráneo occidental empezaba a ser un espacio demasiado pequeño para satisfacer las crecientes ambiciones económicas de romanos y cartagineses. La lucha por la supremacía era consecuencia, por una parte de la necesidad que tenia Roma de consolidar  su hegemonía en la península italiana; por otra, de la política de alianzas de Roma con las colonias griegas. En el mismo escenario se movía Cartago, que tras su derrota en la Primera Guerra Púnica sufría una profunda crisis que afecto a su estructura económica y política. Las enormes pérdidas materiales de la guerra y la fuerte carga que supusieron las compensaciones de guerra impuestas por Roma a Cartago obligaron a buscar soluciones.


lunes, 25 de enero de 2016

1250 - 1350: Un siglo paradigmático en el mundo hispánico

Resulta evidente para cualquiera que me lea con regularidad que mi área de interés principal es la ideología y la legitimación política. En general estoy más interesada por la historia comparativa y de amplio contexto que por la historia concreta y específica de una única realidad y, por este motivo, he centrado mi investigación en el pensamiento político y la literatura desde un punto de vista comparado y que abarque todos los reinos cristianos peninsulares, concretamente en la cronología que se extiende entre 1250 y 1350. ¿Por qué esta cronología? Porque es, en mi opinión y siempre dentro de mi especialidad, un siglo completa y absolutamente definitorio en el desarrollo histórico e ideológico de la cristiandad occidental, especialmente en la Península Ibérica.


miércoles, 20 de enero de 2016

El misterio del final del último rey visigodo.

La lectura del anterior artículo redactado por mi compañera me hizo plantearme la posibilidad de escribir una continuación o contestación a su reflexión. En particular sobre la desaparición del monarca visigodo tras la batalla de Guadalete, y esto me hizo preguntarme ¿Qué fue de Rodrigo? ¿Murió en batalla? ¿Sobrevivió y se escondió? La respuesta sin embargo la encontraríamos en un lugar lejano, al otro lado del mar.

El final de Don Rodrigo.
Fuente: http://www.detectivesdelahistoria.es/don-rodrigo-el-ultimo-rey-de-los-visigodos-historia-y-leyenda/

lunes, 18 de enero de 2016

La monarquía hispanogoda: surgimiento y ocaso del primer reino hispánico.

Ha llegado el momento de arrojar algo de luz sobre un periodo de nuestra historia del que incluso los historiadores tenemos conocimientos limitados, la monarquía hispanogoda o visigoda. Mítica es la lista de los reyes godos que algunos tuvieron que aprender de memoria, pero ¿qué sabemos realmente sobre este pueblo? ¿cómo llegaron a la Península? ¿cuál era su modelo de gobierno? ¿por qué desaparecieron tan rápidamente durante la conquista islámica? Intentaré resumir brevemente la evolución histórica e ideológica de la monarquía hispanogoda durante los más de tres siglos de dominio de Hispania. Unos siglos marcados por las dificultades, la inestabilidad y las grandes reformas sociales y jurídicas.


viernes, 15 de enero de 2016

Breve historia de los condados catalanes: el origen de una identidad.

Soy perfectamente consciente de que el tema que proponemos hoy puede ser cuando menos polémico, por ello, creo necesario hacer una pequeña advertencia que sustente y justifique las palabras que leerán a continuación. Los historiadores no somos físicos, no sentamos verdades categóricas e incuestionables, más bien todo lo contrario, los historiadores observamos las fuentes a nuestra disposición, las analizamos y formulamos hipótesis basadas en nuestra opinión y nuestro conocimiento sobre una determinada época o cuestión. Como historiadora tengo una opinión formada a cerca de la evolución de los condados catalanes, pero mi corriente historiográfica no es la única existente. También me gustaría advertir que la historia y los usos políticos que se dan a la misma no están necesariamente relacionados y en muchas ocasiones la historia se fuerza, se constriñe y se amolda a un determinado proyecto político.


Centrándonos ya en el asunto que nos ocupa nos remontaremos al origen de los llamados condados catalanes para definir qué son y cuáles son sus orígenes y para plantear un resumen sucinto de su evolución en la historia peninsular. 

Se denomina condados catalanes a aquellos territorios situados en el noreste peninsular y que se inscribían en lo que históricamente se conoce como Marca Hispánica, la zona sur de los Pirineos perteneciente al reino de los francos, este territorio servía además como frontera entre el imperio carolingio y Al-Andalus. Estos territorios formaban pequeños condados que fueron progresivamente incorporados al mayor de ellos, el Condado de Barcelona. Durante la Edad Media se fueron incorporando otros territorios, como Tortosa y Lérida, que habían estado bajo dominio islámico. Será Wilfredo el Velloso quién logre agrupar la mayor parte de estos territorios y obteniendo grandes poderes. 

Por su parte los condes de Barcelona serán habitualmente denominados princeps en las fuentes catalanas, incluyendo los Usatges, un documento jurídico de especial relevancia del que hablaré más tarde. Este término se utiliza para señalar al “primero entre los iguales”, es decir, al noble de mayor rango en un determinado territorio al que se le conceden poderes especiales para dirigir las acciones bélicas y para impartir justicia. Era un título común en la época y que está presente en la documentación leonesa, castellana y aragonesa con las mismas características. El término Catalania (Cataluña) empieza a ser usado en el siglo XII para referirse al conjunto de estos territorios y a su gobierno común. Durante el reinado de Jaime I “el Conquistador” se generalizará el uso de la denominación Principado de Cataluña para referirse a estos territorios, denominación que se mantendrá hasta el siglo XVIII.

Una vez sentadas estas premisas tratemos de explicar las líneas generales de evolución que sufrieron estos condados. Como ya he mencionado los condados catalanes formaban, en origen, parte de la Marca Hispánica y, por lo tanto, estaban bajo el poder del rey de Francia. Algunos autores sostienen que la estructura política de los estados catalanes había existido con anterioridad a la ocupación romana. Sin embargo, tomaré como origen, por ser el más ampliamente aceptado, el siglo VIII. En el siglo IX la crisis del imperio carolingio dificultó el control de los reyes de Francia sobre sus territorios, especialmente en la zona fronteriza. En los años finales del siglo Wilfredo el Velloso logró hacerse con el control de: Barcelona, Gerona, Urgel, Cerdaña y Osona, convirtiéndose en la máxima autoridad de la zona, lo que le permitió alejarse y limitar el control del rey de Francia sobre estos territorios. A partir de este momento y hasta el siglo XIV, los condados catalanes tendrán una situación política particular, puesto que de facto se comportaran como territorios gobernados de manera independiente, sin embargo, por derecho seguirán perteneciendo al rey de Francia. Wilfredo consiguió además convertir sus territorios en una propiedad patrimonial que se transmitiría de manera hereditaria, algo poco habitual, pero muy reclamado en las monarquías europeas de la época.

Durante cuatro siglos estos territorios tuvieron un desarrollo particular, puesto que se encontraban en una situación jurídica específica, esto les llevo a crear un código legal propio, los Usatges, una serie de documentos que recopilaba los usos y costumbres legales de los condados. Comenzaron a recopilarse en el siglo XI durante el gobierno de Ramón Berenguer I y se mantuvieron en constante evolución y modificación hasta que Jaime I estableció su prioridad frente a cualquier otra ley del reino en 1251. 

En el siglo XII los condados catalanes se unieron políticamente al reino de Aragón, pero mantuvieron sus propias costumbres, su derecho, sus instituciones y su lengua. Técnicamente hasta mediados del siglo XIII la lengua escrita era el latín, pero los filólogos afirman que las lenguas vernáculas debieron desarrollarse en toda la península durante los siglos anteriores hasta ser consideradas lo suficientemente importantes como para ponerse por escrito. La unión con Aragón se debió a un problema sucesorio en el reino vecino, el rey Alfonso I  murió en 1134 sin descendencia por lo que la corona recayó en su hermano Ramiro II “el Monje” que había tomado los hábitos. El monarca abandonó el convento temporalmente con la intención de asegurar la sucesión en el reino, por ello, firmó un acuerdo con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, para que contrajera matrimonio con su hija, Petronila y gobernará el reino como regente hasta que el hijo de ambos fuera mayor de edad, puesto que las mujeres podían transmitir derechos, pero no ejercer el poder en el reino de Aragón. A la muerte de Ramón Berenguer IV su hijo, Alfonso II, que se convirtió por derecho en rey de Aragón y conde de Barcelona. Sin embargo, no debemos olvidar que los condados catalanes seguían perteneciendo legalmente al rey de Francia. 

En 1213 Jaime I se convirtió en rey de Aragón y conde de Barcelona siendo aún un niño. Durante sus más de 60 años de reinado conquisto las Islas Baleares, Valencia y Murcia, anexionando estos territorios a la Corona de Aragón como reinos propios, de esta forma la monarquía aragonesa se convirtió en una monarquía polisinodial, es decir, cada territorio era gobernado de manera independiente aunque su principal autoridad fuera la misma. En 1258 firmó el Tratado de Corbeil con el rey Luis IX de Francia por el cual renunciaba a sus derechos sobre los territorios occitanos a cambio de la renuncia del francés a su dominio sobre los condados catalanes. A partir de 1268 la administración económica de los condados catalanes recayó sobre una Diputación General, que terminó por denominarse Generalitat, cuya principal función era la recaudación y la administración de los impuestos. A principios del siglo XV la Generalitat incorporó los asuntos políticos a sus funciones, convirtiéndose en la institución principal para el gobierno de los territorios catalanes. Además cada uno de los reinos convocaba sus propias Cortes de manera independiente. Por este motivo, aunque los condados catalanes nunca tuvieron el título de reino de manera oficial, en la práctica funcionaban como uno y en las mismas condiciones que los demás territorios de la Corona aragonesa, conservando sulegislación, costumbres, instituciones y lengua. 

La unión de coronas propiciada por los Reyes Católicos no cambió esta situación, ambas coronas eran gobernadas de manera independiente aunque estuvieran bajo el dominio de la misma familia. Sirva como prueba el hecho de que aún hoy en día el derecho catalán y aragonés difiere del castellano en cuestiones de sucesión y herencia. La unión se mantuvo hasta la Guerra de Sucesión española (1700 – 1713), los condados catalanes apoyaron la candidatura del archiduque Carlos de Austria, que fue derrotado por Felipe de Anjou. La derrota del candidato austriaco y la política centralizadora de los monarcas borbones provocó un cambio en la dinámica política. Los Decretos de Nueva Planta promulgados en 1716 tenían la intención de sustituir las instituciones catalanas y aragonesas por instituciones de corte castellano, incluyendo la Generalitat, además se impuso el castellano como lengua administrativa en detrimento del catalán, el latín y el aragonés. Su situación como vencidos en la guerra de sucesión y las dificultades económicas que le siguieron, hicieron que la resistencia catalana fuera prácticamente nula. Sin embargo, su identidad nunca se perdió totalmente, es más, con el auge de los nacionalismos décimononicos en toda Europa adquirió gran fuerza y protagonismo.

Por último, me gustaría recordar que según la Real Academia Española el término nación hace referencia “al conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común”. Siguiendo al pie de la letra esta definición creo que no existen dudas sobre el hecho de que Cataluña es una nación en sí misma, aunque eso no necesariamente tenga por qué entrar en contradicción con la pertenencia a un Estado plurinacional, como es el caso inglés que agrupa bajo la denominación de Reino Unido las nacionalidades: inglesa, escocesa, galesa e irlandesa.

Respecto a mi anterior artículo http://historiasdelacueva.blogspot.com.es/2015/11/los-levantamientos-jacobitas-el-origen.html creo que existen ciertas similitudes entre ambos casos. Ambas naciones perdieron una guerra y la derrota supuso el fin de su forma de vida tal y como la conocían. Su identidad propia no puede ser puesta en duda, pero su historia ha sido utilizada y en ocasiones manipulada para fines políticos, ensalzando o suprimiendo aquellos episodios que no resultaban convenientes. 

Quizá debamos plantearnos qué conocimiento tenemos los estudiantes castellanos de la realidad histórica del reino de Aragón y de los condados catalanes y a qué se debe esta limitación y viceversa.

Si tienes dudas, preguntas, críticas o comentarios no dudes en hacermelos llegar.

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miércoles, 13 de enero de 2016

La navegación antigua: Historia a través de las primeras representaciones de Balsas

La adaptación al medio ha sido siempre uno de los más clásicos sistemas de supervivencia de las diversas especies que habitan la Tierra. Pero de todas las especies, existe una que superando el proceso de adaptación, procura domesticar su entorno. El hombre es esta especie, busca el dominio de los elementos que le rodean. Especialmente uno de esos elementos, represento un reto  realmente significativo, el agua, este elemento a diferencia de la tierra, el ser humano no era capaz de andar sobre ella. Podía atravesarla, a nado, pero esto siempre conllevaba un riesgo. Por lo tanto el hombre buscó maneras que le asegurasen poder cruzar el agua con cierto índice de éxito, ya fuera agarrándose a un tronco o elaborando algún tipo de superficie que le permitiera desplazarse sobre el agua, de esta manera nacían las primeras embarcaciones. Con el tiempo las embarcaciones y sus métodos constructivos fueron mejorando.

Balsa Primitiva.
Fuente: http://infoarica.loganmedia.com/juanvasquez/prehistoria.htm

lunes, 11 de enero de 2016

Cine e historia: ¿enemigos irreconciliables?



La mayoría de los historiadores, profesionales y aficionados, se echan las manos a la cabeza cada vez que ven una película histórica, y quien dice película dice serie, novela, documental o cualquier formato que pueda utilizar la historia como base o como fuente de inspiración sin ser particularmente riguroso. Pero debemos preguntarnos qué tipo de rigor es necesario y cuál no, qué conceptos son demasiado complejos para explicarlos visualmente, por qué algunas cuestiones se entienden mejor introduciendo cambios, cuál es la finalidad de una película o serie y sobre todo qué tipo de lenguaje utiliza.


martes, 5 de enero de 2016

La historia a través de la historia (I): El mundo clásico

Desde que el hombre tomó conciencia de sí mismo, de su existencia y de su propio entorno, tomó también conciencia de su pasado y pronto empezó a aprovecharse de él. Rápidamente los hombres comprendieron que el pasado era una fuente casi incontestable de poder, un poder que les permitía legitimarse a través de la sangre, la heroicidad o la elección divina y que les permitía acceder al poder y mantenerse en él, ya fuera a través de la creación de genealogías míticas, de libros sagrados o manteniendo vivo el recuerdo de los acontecimientos más importantes de su historia, fueron capaces de crear una nueva disciplina que se encargase de organizar ese pasado y ponerlo a su servicio, la historia. Y dado que los historiadores vivimos de ella, creo que es justo que también repasemos como surgió y se concibió la Historia a través de los siglos, cómo el hombre ha entendido el pasado, cómo lo utiliza y la forma que tienen de narrarlo.