La adaptación al medio ha sido siempre uno de los más clásicos sistemas de supervivencia de las diversas especies que habitan la Tierra. Pero de todas las especies, existe una que superando el proceso de adaptación, procura domesticar su entorno. El hombre es esta especie, busca el dominio de los elementos que le rodean. Especialmente uno de esos elementos, represento un reto realmente significativo, el agua, este elemento a diferencia de la tierra, el ser humano no era capaz de andar sobre ella. Podía atravesarla, a nado, pero esto siempre conllevaba un riesgo. Por lo tanto el hombre buscó maneras que le asegurasen poder cruzar el agua con cierto índice de éxito, ya fuera agarrándose a un tronco o elaborando algún tipo de superficie que le permitiera desplazarse sobre el agua, de esta manera nacían las primeras embarcaciones. Con el tiempo las embarcaciones y sus métodos constructivos fueron mejorando.
Balsa Primitiva. Fuente: http://infoarica.loganmedia.com/juanvasquez/prehistoria.htm |
Entre los artilugios primigenios de navegación, las balsas debieron constituir
una de las primeras soluciones ideadas para el transporte humano, tanto en
aguas internas como en zonas costeras de relativa tranquilidad. Su mayor manga
proporcionaba una estabilidad y conformidad superior a la de las canoas monóxilas,
aunque debían sacrificar parte de la velocidad. Su importancia estriba en
constituir el arquetipo primigenio de la navegación humana además de por ser
el arranque de líneas evolutivas de
naval basada en la yuxtaposición de troncos
No sabemos con seguridad cuando el
hombre decidió vaciar un tronco por primera vez, con el objetivo de obtener
mayor estabilidad y comodidad en la navegación. No se han encontrado
herramientas de entre todo el material lítico, para la tala y vaciado de
grandes troncos. La aparición de útiles tallados, como tajadores, hachas y
azuelas, herramientas ligadas a la explotación forestal, tiene lugar tras el
cambio climático, y una de sus utilidades es el vaciado de grandes tronco con
el objeto de crear barcas monóxilas, tal y como sugieren las trazas observadas en el interior de muchos
ejemplares observados. Considerando monóxilas aquellas barcas de casco único en
los que el 90% de la parte sumergida lo constituye una sola pieza de madera o
tronco.
Balsa Monoxila. Fuente: http://www.precolombino.cl/exposiciones/exposiciones-temporales/los-changos-y-sus-ancestros/vivir/embarcaciones/ |
Los elementos monóxilos también
constituyen la base de cascos más complejos
a partir de aditamento de distintos elementos estructurales, como tablas,
batangas, etc. Así como cascos dobles a modo de Catamaranes. La navegación en
canoas simples debe considerarse el arranque de una de las líneas evolutivas de
la arquitectura naval compleja, sin que el arquetipo inicial pierda eficacia en
aquellas funciones para las que fue creado, la navegación fluvial y lagunar, además
de costera, y conformarse como elemento indispensable de la explotación de los
ecosistemas acuáticos.
La documentación iconográfica
representa un problema complejo. Por un lado su escasez y, por otro, la
dificultad metodolígica que entraña distinguir entre grafitos poco elaborados
frente a los de otra naturaleza.
El primer indicio de representación de
embarcaciones nos lo encontramos en el interior de un cuenco atribuido a la
fase antigua del Nagada I (o Amratiense), en la que podemos apreciar una balsa
pintada. Resulta complicado realizar un diagnóstico sobre la naturaleza de la
embarcación, ya que los elementos que aparecen sobre el casco no difieren de
forma sustancial a los que se pueden observar en las barcas de papiro predinástico,
especialmente las que vemos sobre las granes tinajas de Nagada II y III, como son los tambuchos y los adornos de palma
en la proa, de la cual cuelga un elemento de difícil interpretación. Si podemos
observar que su medio de propulsión es una serie de remos de pala similares a los que muestra el lino de El-Gebelein, por
lo que resulta concordante con las
barcas de papiro. Pero es la forma del casco la que difiere, resulta
prácticamente plano y carece de la curvatura característica de las barcas de
papiro, además falta también la terminación curvada de la popa tan característica
de las barcas de papiro. Es lo que puede indicarnos que nos encontramos ante
una balsa y no una barca de papiro
Lino de El-Gebelein. Fuente: http://elrincondeegipto.blogspot.com.es/2012/01/egipto-antes-de-los-faraones_29.html |
La representación de la tumba tebana número
143 de Amenophis II en Deir el-Bahari, nos muestra dos balsas idénticas, la
naturaleza de dichas balsas es complicada de discernir pero son
inconfundiblemente balsas. Ambas van aparejadas con mástiles y vergas con una
vela triangular, cuyo vértice se fija al
pie del mástil, las balsas están gobernadas mediante un timón de Pala.
En 1956 fueron descubiertos en la isla de Malta numerosos grafitos de temática
naval sobre tres grandes losas del templo de Tarxien, en el denominado “tercer templo”.
Un año después Diana Woolner publicaba un estudio global, en conjunto sufre una
cantidad considerable de superposiciones que hacen muy difícil la individualización
de algunas naves. Esta labor se ve algo facilitada por las diferentes técnicas utilizadas
en su ejecución, así como la diversidad de herramientas.
En su momento Woolner llamó la atención
sobre la ausencia de rodas y espolones clásicos en las representaciones de
estos barcos, con la intención de contextualizarlos en alguna de las fases
anteriores de la náutica antigua, que en el momento del estudio eran mejor
conocidas. Sugirió además, que podíamos estar ante distintos tipos de barcos, realizados
por gentes de diversas procedencias.
Todo parece indicar que estar representaciones
fueron realizadas durante la prehistoria de Malta, en un momento de uso del santuario,
tal vez durante el Neolítico Tardío III (3300/3000-2500 a.C.) a lo largo de la
denominada cultura de los templos. Es de difícil atribución al Bronce Antiguo,
pues los niveles conocidos como cementerio de Tarxien (2500-1500 BC) se
superponen al horizonte templario en el que se realizaron los grafitos.
No es improbable su atribución al
Neolítico, ya que Malta está incluida en el circuito de distribución de
Obsidiana entre Sicilia, Lampedusa y Pallenteria, desde el Neolítico Antiguo. Un análisis de la iconografía no indicaría,
como señalo Woolner, que estamos ante dos tipos de embarcaciones: Balsas y
barcas con altas y curvadas popas que pueden corresponder a marinos de otros
lados; quienes es posible que trasportaran, entre otras mercancías, la
obsidiana de Melos.
Entre los grafitos más representativos
de la categoría de Balsas, se observa que la gran mayoría tienen un tratamiento
homogéneo, consiguiendo dar forma a los barquiformes con múltiples trazos finos
de buril en sentido paralelo. Es posible que la elección de la técnica no fuera
casual, pues permite enfatizar que las partes de las barcas estaban por
elementos yuxtapuestos sujetos entre sí. La nota distintiva de todas estas aves
a parte de la cuestión técnica es la presencia de unos cascos con calas
totalmente planas. Este tipo de casco plano
con respecto a la línea de flotación es exclusivo de las balsas de
tronco, o a lo sumo de bambú, pero no es el caso. La presencia de elementos
verticales puede suscitar alguna incertidumbre, pero estos elementos no son
contradictorios con la proposición de balsas, ya que estos artilugios suelen
unir frecuentemente troncos en los costados, no solo para seguridad de la
carga, sino también en proa y popa, Por ello hay que pensar que los trazos
verticales probablemente representan los costados alzados de las balsas
mediante perimetrales. Bien porque se
combinen dos perspectivas distintas en una misma representación o bien porque
se trate del mismo sistema de cierre en proa y popa Otras balsas representadas
en Tarien tienen proas, y en ocasiones también popas, terminadas en trazos
inclinados unos 45º hacia el exterior. Esto se podría interpretar como
elementos de prolongación de las popas, ligeramente alzadas sobre la línea de flotación
para mejorar la hidrodinámica de la balsa y evitar los rociones de agua tan
directos como los tripulantes. Otro elemento frecuente en
la mayoría de las barcas representadas en Tarxien son los trazos verticales y
paralelos sobre su casco, es posible que representen remos, ya que es una de
las maneras en las que se simbolizan estos instrumentos, en particular esa posición
es en la que se dejan cuando las barcas están inactivas, y de manera más
especial cuando se quiere enfatizar una posición orante o de respeto.
En el archipiélago Balear se conocen dos
grafitos, de los cuales uno se parece a una balsa de troncos y el segundo es
probable que también lo sea aunque tiene presencia de elementos de
incertidumbre. Los dos aparecen junto a otro que representa una barca de
tablas, con quilla y cuadernas, así como guarnida de vela redonda.
El conjunto fue dado a conocer por C.
Veny qué publica los dibujos y las fotos. No parece que formen parte de una
escena náutica unitaria, sino que los barcos se situaron de forma yuxtapuesta.
Las barcas que muestran un arcaísmo técnico más acusado son las que pueden
identificarse como balsas. Situándolas en un contexto, se localizan en el
interior de un hipogeo de la Edad del bronce Antiguo, cuyo registro arqueológico
desapareció en fechas desconocidas, por lo que no es descartable que tuviese
alguna perduración posterior durante el Bronce Final.
El primero de los barquiformes, tiene
una longitud de 80 centímetros y representan un artilugio náutico cuyo casco está
compuesto por tres trazos prácticamente horizontales, ligeramente convergentes
hacia la popa, que no llegan a cerrarla, como tampoco la proa. Además dos líneas
verticales rematadas en el extremo superior por otra horizontal, pueden constituir con bastante seguridad los
aparejos para guarnir una vela.
Este grabado parece apuntar a un tipo de
embarcación más próxima a las balsas que a las barcas de quilla y tracas. Las
embarcaciones con casco, roda y codaste bien diferenciados, no se representan
jamás de esa forma en la iconografía náutica. Sin embarco encontramos buenos
paralelos en artilugios náuticos del género balsas de troncos o bambúes. Los
paralelos más próximos de iconografía náutica prehistórica los encontramos en
algunos grabados de ll templo de Tarxien en Málaga, que hemos visto
anteriormente, o como veremos posteriormente el barquiforme localizado en la
carretera de Ronda a El Burgo, en Málaga. Los aparejos identificados en este barquiforme no
desentonan en absoluto con esta categoría de embarcaciones. El tipo de
vela es, probablemente, uno de los arquetipos de vela más primitivos
y simples que se conocen, cuya evolución dará lugar a la partición de la vela
tarquina.
Grabados balsas Menorca y Malaga |
El segundo de los grabados del hipogeo menorquí presenta algunos elementos de incertidumbre parar alacarar que tipo de
embarcación se pudo querer representar. El casco aparece identificado mediante
tres líneas paralelas, de trayectoria ligeramente curva, que se elevan
suavemente en la popa mientras que la proa está cerrada por un trazo inclinado.
La eslora y la manga presentan una desproporción
que parece querer resaltarse, lo que quedaría contrario a la representación de
una nave de casco redondo y permite asemejarlo con una balsa. La popa aparece
cerrada con un trazo inclinado hacia delante que podría identificarse con una
roda, elemento relacionado con los barcos de quilla.
Este barquiforme esta provisto del mástil, así como de aparejos de
propulsión que pueden ser compartidos por diversas categorías de barcas de
casco redondo, como también por las balsas e incluso por embarcaciones de caco monóxilo.
Un aspecto muy relevante de este panel
de grafitos es presentarnos una convivencia en sincronía entre artilugios náuticos
de concepción tan diversa como las
balsas y las barcas de casco redondo, al mismo tiempo, dos sistemas distintos
de aparejos de vela, uno de ellos compartido por una eventual balsa y una barca
de casco redondo. Las balsas pudieron cubrir las necesidades del transporte
marino en un régimen de navegación de cabotaje.
Existe una tercera barca, pero no
desdice nada de los cascos de pequeños mercantes que navegaron el Mediterráneo
durante la Edad del bronce, de esta manera habría que abandonar el tópico
de unos habitantes de las islas pasivos
a la espera de que llegaran marinos continentales.
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