Situado en la localidad de Manzanares el Real, en la Provincia de Madrid, se encuentra el Castillo viejo de Manzanares el real; este, como el de construcción más moderna, y conocido como el Castillo Nuevo, así como la villa se asientan sobre la falda meridional de la conocida Pedriza. Cercano al Lecho del rio, que lo separa de la población, ocupando el extremo de una loma que borde su sección occidental.
Tanto el “Castillo Viejo” como el
“Nuevo” se encuentran al norte de la carretera de acceso a Manzanares, uno en
cada extremo del municipio. En particular, el castillo viejo se sitúa sobre una
ligera prominencia situada a la salida
hacia Cerceda.
Al momento de cruzar el rio Manzanares por el puente aparece un camino, una cañada, que pasas
junto al lateral norte del castillo, también conocido como plaza de Armas.
El castillo responde a uno de los
modelos más generalizados del momento de su construcción: un recinto de planta
cuadrada con torees en los ángulos, tres cubos
cilíndricos y un torreón de mayores dimensiones, la torre del homenaje. Los cuatro lienzos del castillo limitan un
espacio de 45x 37 m. Las tres torres angulares miden cinco metros de diámetro y
están huecas. Por su parte, la del
homenaje, que se destaca en la esquina sureste, es de planta cuadrada. El
grosor de sus muros es de casi cuatro
metros, lo que convertiría sus habitaciones en un espacio incómodo y
reducido. Dispone de una saetera abocinada de grandes
dimensiones, que iluminaba las paredes del castillo. EL material constructivo
de es mampostería encintada. Las torres, que en la actualidad no se
elevan más de tres metros sobre su base, se especula que serían de una altura
ligeramente inferior a las del castillo nievo, y no se sabe si tenían crujías adosadas al interior. La puerta se encontraba en el centro del lateral
oriental, vigilada desde la torre del
homenaje. No quedan restos de
barbacana, y debido a su localización sobre un bloque de granito no parece que
tuviera foso.
El solar del castillo viejo
pertenece a una familia de Manzanares, además en algún momento posterior se le
adoso a su fachada meridional el antiguo cementerio de la localidad. El
castillo se encuentra bajo la protección genérica del decreto de 1949, por el
cual entre otros, todos los castillos obtenían el título de Bien de Interés
Cultural (BIC).
“[….] Artículo Primero- Todos los
castillos de España, cualquiera que sea su estado de ruina quedan bajo la
protección del Estado, que impedirá toda intervención su carácter o pueda
provocar su derrumbamiento.
Artículo segundo- Los
ayuntamientos en cuto término municipal se conserven estos edificios son
responsables de todo daño que pudiera sobrevenirles […]
Decreto de 22 de abril de 1949, expedido por el Ministerio de
Educación Nacional (B.O.E. 5-5-1949) sobre protección de los
castillos españoles.
castillos españoles.
La explotación de los ricos
bosques y pastos del curso alto del Manzanares fue objeto de serias y
prolongadas disputas por parte de los concejos de Madrid y Segovia tras la conquista
castellana de la región. En 1152, Según Bordejé, Madrid logró ser confirmada
como como beneficiaria de la comarca por el rey, pero en 1287 Segovia obtendría
el traspaso. Momento en el que algunos autores atribuyen la fundación del
asentamiento, especulando con la posibilidad de haber construido una torre,
cuya función seria la defensa de la población, una existencia dudosa pues ni se
han encontrado restos ni documentos que la confirmen. En el siglo XIV, se
produce un aumento del poder señorial, y
empiezan a destacar determinados linajes castellanos, cuyo compromiso con la
corona es recompensado con la concesión personal y hereditaria. De forma, que en el 1312, se encuentra en
manos de la familia De la Cerda y treinta años después es cedido a doña Leonor
de Guzmán, amante de Alfonso XI. Es posible que este monarca fuera el
responsable de que se construyera en las inmediaciones de la población un
refugio para sus cacerías, tal y como mostraría algunos documentos de la época
que no se han terminado de asocial con la construcción.
Pedro González de Mendoza recibido de la familia real, por su fidelidad
y sus buenos servicios a Enrique II, en primer lugar, y Juan II, después,
varios señoríos al sur de la Sierra de Ayllón y de Somosierra. A sus herederos
les estregó Juan II el Real de Manzanares, para que fundaran señorío. El primer
señor del nuevo feudo fue Diego Hurtado de Mendoza, primogénito de Pedro, y a
él se le atribuye la construcción del primer castillo de Manzanares.
El castillo responde a los modelos de fortificación señorial en boga en el tiempo
de don Diego, además era práctica habitual la erección de este tipo de obras
junto a la cabeza urbana del señorío al poco de constituirse este.
La estrechez de la torre del Homenaje, usada como
residencia del señor en sus estancias en el feudo, se vería compensada con la construcción de algunas cámaras en torno al patio de armas.
Aun con todo, la incomodidad de
este castillo, animaría a la propia
familia Mendoza, años después, a poner los cimientos de un nuevo alojamiento.
Su influencia en la política real, su
prestigio entre la nobleza y su creciente riqueza, debió convertir su entorno
social en una pequeña corte de familiares, vasallos y sirvientes. Para la construcción del nuevo castillo, se
usarían los materiales aprovechables del viejo, por lo que se vería
desmantelado. Una vez se le despojó de todo el material utilizable para la
construcción, el castillo se desmocharía para evitar que se usara como fortín.
Tras su abandono, el castillo
sería usado como campo de cultivo de la localidad, y posteriormente como finca
de ganado. Aunque sin confirmar, es posible que durante la Guerra Civil, el
castillo fuera usado como puesto de vigilancia.
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