lunes, 7 de septiembre de 2015

La colonización de la Peninsula Ibérica IX: Cartago y el norte de África.

La presencia fenicia en el Mediterráneo central no fue algo casual, ni caprichoso, formaba parte del tejido comercial, en rápido crecimiento, de los fenicios, con una fuerte vinculación al norte de África. Por lo tanto, es imprescindible para poder explicar darle una visión de conjunto a la expansión fenicia, hablar de su presencia en el norte de África. Pero además, este territorio, alcanzará una importancia no prevista, pues ahí será donde se localizara Cartago, la ciudad que competirá con Roma por el control del Mediterráneo y del mundo occidental siglos más tarde.

Cartago
Cartago.
Extraido de: http://revistadehistoria.es/el-legado-historico-y-cultural-de-cartago/



El norte de África se trata de un ámbito geográfico que no presenta un aspecto unitario, debido a su extensión. Además de Cartago, las distintas fuentes clásicas mencionan varias ciudades fundadas por los fenicios, ciudades como Útica, Hipona, Hadrumeto o Leptis. Siendo Útica, la considerada más antigua por parte de los autores clásicos.

La mayor parte de los datos que nos hablan del establecimiento de estos datos son bastante tardíos, y proceden de épocas en las que ya no existían como ciudades. A esto habría que añadir que los conocimientos arqueológicos sobre las mismas, no son todo lo precisos que quisiéramos, lo que nos impide conocer si surgieron ya como ciudades o, por el contrario, si establecimientos de diverso tipo pudieron haber dado lugar a formaciones urbanas. A esto habría que añadir, que la práctica ausencia de datos que nos situarían en el siglo VIII a.C. o antes, hace imposible la previa existencia de estos enclaves. Aun así, la posición geografía, hace que acepte la visión de que los fenicios debieron establecerse en esos enclaves con anterioridad.

El caso de Cartago presenta problemas derivados del papel que representaría en un no tan alejado futuro, como rival y luego enemigo para griegos y romanos, lo que a su vez ha representado un intenso interés por parte de los autores antiguos por definir sus orígenes. Aunque de diversas formas, las variadas noticias de la fundación Cartago, nos narran  una historia parecida. En ellas, la fundación de Cartago se habría producido como consecuencia de la huida de Tiro de Elisa, tras el asesinato de su esposo y tío materno por parte del hermano de esta, el rey Pigmalión. Elisa espera la ocasión propicia para abandonar Tiro con las riquezas de su esposo y con un séquito de fieles seguidores. Tras pasar por Chipre, donde se les une un sacerdote Astarté, y donde Elisa ordena el rapto de ochenta jóvenes vírgenes consagradas a esa diosa, llega a Libia, a la Bahía de Túnez. Allí, mediante un acuerdo con los nativos m se hace con un territorio en el que edifica un primer establecimiento llamado Birsa, que al poco se convertirá en ciudad.  Cuando el rey  libio Hiarbas pide la mano de la reina, ella se da muerte.
Pero lo importante del relato  es que muestra a Cartago, Qrt-hdsht, la Ciudad Nueva, que surge como a partir de la sección de la propia  metrópolis, encabezada por un miembro de la familia Real, así como por miembros de los círculos dirigentes. También queda clara la relación con Chipre. Además, marca de forma clara la primicia en el área de Útica, lo que sugieres, que es posible que no surgiera como una ciudad, sino como un pequeño establecimiento de carácter comercial, encargado además de apoyar las navegaciones de otras naves fenicias en sus rutas hacia Sicilia  y el Tirreno, así como hacia Occidente. Significativo, es que estos “expedicionarios” del relato, accedan sin ningún tipo de tanteo previo al lugar del asentamiento. Lo que sugiere que  los primeros fenicios  que habían explorado la región habrían aportado informaciones detalladas sobre el mejor sitio posible para establecer una colonia. Sobre las relaciones con Tirno, nada parece indicar una relación tensa entre colonia y metrópoli, la pista nos la da Diodoro Sículo, (XX, 14, I-2), según el cual los cartagineses  enviaban a Tiro el diezmo de sus ganancias anuales como ofrenda a Merlqart, lo que sugiere el vínculo religioso.
El propio relato de la fundación de Cartago recoge también un proceso de organización de espacio extendido a lo largo del Tiempo, primero alude a la fundación de Birsa y solo más adelante considera fundada la ciudad; este último fenómeno tendría lugar, únicamente cumplidos los requisitos rituales y dispuesto el territorio necesario para poder aportar el sustento a la nueva fundación.

Ya desde el primer momento de vida de Cartago se revela como una ciudad importante. , aunque su proyecto imperialista no se muestre hasta bastante tiempo después.

De esta manera, la tradición literaria nos traslada la fundación de Cartago hasta algún momento del siglo IX a.C. Siendo el 814 la fecha que se tiene de forma tradicional  como la de su fundación.


Las excavaciones arqueológicas parecen haber llegado a niveles de esa antigüedad; recientes estudios del Tophet, sitúan su inicio a principios del siglo VIII, a partir de argumentos razonables, parece indicar que la aparición de esta área sacra corresponda a los propios inicios de la ciudad. De todas formas, lo que las excavaciones vienen demostrando  es que durante los siglos VIII y VII Cartago ocupaba entre 40 y 55 hectáreas, y a lo largo  de ese periodo fueron apareciendo las necrópolis, el tophet, las murallas, instalaciones artesanales etc.

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