viernes, 6 de noviembre de 2015

Armamento Celtibérico

La inexactitud de las descripciones  de los textos clásicos respecto al armamento y composición de las unidades militares en el seno  de los ejércitos celtibéricos impide concluir sobre los tipos de panoplia de las diversas necrópolis corresponden  a contingentes militares diferentes, o si se tratan de simplemente que el armamento de los guerreros variaba por motivos no estrictamente militares, o bien que aún estarían en posesión del difunto y, por lo tanto, se enterrarían con él.
Falcata
Falcata
Vista en: http://arquehistoria.com/hierro-y-herreros-iberos-3776



El análisis de los ajuares de las necrópolis celtibéricas ha permitido definir las principales características de la panoplia celtibérica. Las tumbas correspondientes al siglo VI a.C. Muestran la configuración del armamento del guerrero celtibérico partido de la diferenciación del número y tipos de armas presente en las tumbas. Así, el tipo más simple de tumbas con armas incluye cuchillos de hierro de hoja recta o  curva asociadas a fíbulas de doble resorte, mientras que  un ajuar más desarrollado, que incluye junto a las anteriores puntas de lanza de nervadura central.  Los ajuares más complejos presentan varias puntas de lanza con hojas de nervadura central de diversos tamaños, regatones y cuchillos.

A partir de los principios del siglo V a.C se produce una división en la tipología de los elementos que integran la panoplia de guerrero entre las zonas oriental y occidental de la Meseta. En las necrópolis del alto Jalón y alto Tajo se observa un aumento de  armas depositadas en  las tumbas principales, definiendo ajuares en los que la presencia de un mayor número de ítems puede relacionarse con diferencias en el estatus de los individuos enterrados (Gracia Alonso 2003). La sepultura B de la necrópolis de Aguilar de Anguita incluye una panoplia representativa que se compone de un soliferrum, dos puntas de lanza de nervadura central con los regatones de hierro, un cuchillo de hoja curva y una espada  antenas, dando nombre a un tipo característico de espada la aguilar de Anguita, como armas ofensivas, y en el ámbito defensivo un umbo central para un escudo de madera circular de empuñadura; y un disco coraza ornamental, a estas armas se les suma un bocado de caballo.

Las espadas del tipo Aguilar de Anguita, tienen una longitud variable entre los 40 y los 50 centímetros. Consisten en una hoja recta pistiliforme con acanaladuras longitudinales y empuñadura de sección circular  resultado de la disposición de dos cachas de sección semicircular sobre el vástago, prolongación de la hoja unidas por un anillo situado en el centro del mango (Gracia Alonso 2003). Las antenas que prolongan el mango se consideran atrofiadas al separarse poco del talón de la empuñadura, dando el aspecto  de dos botones esféricos o lenticulares. Este tipo convive con otros como puede ser el Aquitano, Echauri o las espadas de Fronton. Estas espadas se guardaban en vainas metálicas formadas por guías longitudinales y horizontales rematadas  en una contera de forma comúnmente circular, sirviendo las guías laterales externas para encajar los cuchillos, e incluso las puntas de lanza de repuesto, para su transporte. Estas tres anillas de hierro unidos a las guías horizontales aseguraban la sujeción de la vaina a un tahalí de cuero  que permitía colgar el arma.

La necrópolis de Altillo de Cerropozo presenta en un momento más avanzado tres tipos de panoplias de guerrero en los ajuares funerarios. El primero es similar a los anteriores, lo componen escudo, lanza espada y cuchillo afalcatado; el segundo está formado por dos puntas de lanza con regatón, espada y cuchillo; y el tercero tan solo formado por dos o tres puntas de lanza, con o sin regatones, y cuchillo.

Desde finales del siglo IV a.C, se observa especialmente en el siglo III a.C., se constata una disminución en la variedad tipológica y número de armas presentes en las necrópolis  de la zona oriental de la meseta. Algunos ajuares  están constituidos por  escudo, cuchillo de hoja curva-afalcatada y espada, aunque son más abundantes los integrados por la asociación con de puntas de lanza y regatones, cuchillos y espadas de hoja pistiliforme del tipo Acróbriga, así como tumbas que únicamente tienen por ajuar una espada (Gracia Alonso 2003). En la región del Alto Duero se identifican un mayor número de tumbas con presencia de armas en la necrópolis. Los ajuares que mejor se han estudiado  son los correspondientes a la necrópolis de La mercadera, en Soria, y permiten definir hasta ocho combinaciones de panoplias militares en función de los tipos de ítems depositados en las tumbas. El conjunto más representado seria el que incluye solamente puntas de lanza con su regatón seguido por las tumbas que contienen espada, escudo, una o dos lanzas y regatones; se dan otras agrupaciones  que incluyen asociaciones de puntas de lanza  con espada o puñal, tumbas con espada o puñal únicamente; y tumbas con puntas de lanza asociadas con escudos.
Según A. Lorrio podemos identificar diversos periodos según los tipos de armas encontrados en las Necrópolis:
Armas Celtiberas
Armas celtíberas Según A. Lorrio.

De esta forma vemos que el equipo de combate celtibérico se compondría, básicamente y en función de la capacidad económica del individuo, de Escudo, espada y lanza, aunque puede verse cualquier combinación de estos elementos, quitando unos o añadiendo otros.



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