La inexactitud
de las descripciones de los textos clásicos
respecto al armamento y composición de las unidades militares en el seno de los ejércitos celtibéricos impide concluir
sobre los tipos de panoplia de las diversas necrópolis corresponden a contingentes militares diferentes, o si se
tratan de simplemente que el armamento
de los guerreros variaba por motivos no estrictamente militares, o bien que aún estarían en posesión del difunto y, por lo tanto, se enterrarían con él.
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El análisis
de los ajuares de las necrópolis celtibéricas ha permitido definir las
principales características de la panoplia celtibérica. Las tumbas
correspondientes al siglo VI a.C. Muestran la configuración del armamento del
guerrero celtibérico partido de la diferenciación del número y tipos de armas
presente en las tumbas. Así, el tipo más simple de tumbas con armas incluye
cuchillos de hierro de hoja recta o
curva asociadas a fíbulas de doble resorte, mientras que un ajuar más desarrollado, que incluye junto
a las anteriores puntas de lanza de nervadura central. Los ajuares más complejos presentan varias
puntas de lanza con hojas de nervadura central de diversos tamaños, regatones y
cuchillos.
A
partir de los principios del siglo V a.C se produce una división en la tipología
de los elementos que integran la panoplia de guerrero entre las zonas oriental
y occidental de la Meseta. En las necrópolis del alto Jalón y alto Tajo se
observa un aumento de armas depositadas
en las tumbas principales, definiendo
ajuares en los que la presencia de un mayor número de ítems puede relacionarse
con diferencias en el estatus de los individuos enterrados (Gracia Alonso
2003). La sepultura B de la necrópolis de Aguilar de Anguita incluye una panoplia
representativa que se compone de un soliferrum, dos puntas de lanza de
nervadura central con los regatones de hierro, un cuchillo de hoja curva y una
espada antenas, dando nombre a un tipo característico
de espada la aguilar de Anguita, como armas ofensivas, y en el ámbito
defensivo un umbo central para un escudo de madera circular de empuñadura; y un
disco coraza ornamental, a estas armas se les suma un bocado de caballo.
Las
espadas del tipo Aguilar de Anguita, tienen una longitud variable entre
los 40 y los 50 centímetros. Consisten en una hoja recta pistiliforme con
acanaladuras longitudinales y empuñadura de sección circular resultado de la disposición de dos cachas de sección
semicircular sobre el vástago, prolongación de la hoja unidas por un anillo
situado en el centro del mango (Gracia Alonso 2003). Las antenas que prolongan
el mango se consideran atrofiadas al separarse poco del talón de la empuñadura,
dando el aspecto de dos botones esféricos
o lenticulares. Este tipo convive con otros como puede ser el Aquitano,
Echauri o las espadas de Fronton. Estas espadas se guardaban en
vainas metálicas formadas por guías longitudinales y horizontales rematadas en una contera de forma comúnmente circular,
sirviendo las guías laterales externas para encajar los cuchillos, e incluso
las puntas de lanza de repuesto, para su transporte. Estas tres anillas de
hierro unidos a las guías horizontales aseguraban la sujeción de la vaina a un
tahalí de cuero que permitía colgar el
arma.
La necrópolis
de Altillo de Cerropozo presenta en un momento más avanzado tres tipos de
panoplias de guerrero en los ajuares funerarios. El primero es similar a los
anteriores, lo componen escudo, lanza espada y cuchillo afalcatado; el segundo
está formado por dos puntas de lanza con regatón, espada y cuchillo; y el
tercero tan solo formado por dos o tres puntas de lanza, con o sin regatones, y
cuchillo.
Desde
finales del siglo IV a.C, se observa especialmente en el siglo III a.C., se
constata una disminución en la variedad tipológica y número de armas presentes
en las necrópolis de la zona oriental de
la meseta. Algunos ajuares están constituidos por escudo, cuchillo de hoja curva-afalcatada y
espada, aunque son más abundantes los integrados por la asociación con de
puntas de lanza y regatones, cuchillos y espadas de hoja pistiliforme del tipo
Acróbriga, así como tumbas que únicamente tienen por ajuar una espada (Gracia
Alonso 2003). En la región del Alto Duero se identifican un mayor número de
tumbas con presencia de armas en la necrópolis. Los ajuares que mejor se han
estudiado son los correspondientes a la necrópolis
de La mercadera, en Soria, y permiten definir hasta ocho combinaciones de panoplias
militares en función de los tipos de ítems depositados en las tumbas. El
conjunto más representado seria el que incluye solamente puntas de lanza con su
regatón seguido por las tumbas que contienen espada, escudo, una o dos lanzas y
regatones; se dan otras agrupaciones que
incluyen asociaciones de puntas de lanza
con espada o puñal, tumbas con espada o puñal únicamente; y tumbas con
puntas de lanza asociadas con escudos.
Según
A. Lorrio podemos identificar diversos periodos según los tipos de armas
encontrados en las Necrópolis:
Armas celtíberas Según A. Lorrio. |
De
esta forma vemos que el equipo de combate celtibérico se compondría, básicamente
y en función de la capacidad económica del individuo, de Escudo, espada y
lanza, aunque puede verse cualquier combinación de estos elementos, quitando
unos o añadiendo otros.
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