La lectura del anterior artículo redactado por mi compañera me hizo plantearme la posibilidad de escribir una continuación o contestación a su reflexión. En particular sobre la desaparición del monarca visigodo tras la batalla de Guadalete, y esto me hizo preguntarme ¿Qué fue de Rodrigo? ¿Murió en batalla? ¿Sobrevivió y se escondió? La respuesta sin embargo la encontraríamos en un lugar lejano, al otro lado del mar.
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El final de Don Rodrigo. Fuente: http://www.detectivesdelahistoria.es/don-rodrigo-el-ultimo-rey-de-los-visigodos-historia-y-leyenda/ |
En medio de las llanuras del
desierto de Jordania nos encontramos la residencia y los baños Omeyas de Qusayr’Amra.
En uno de los baños encontramos unos frescos que decoran las estancias. Y uno
de esos frescos tiene representados a seis reyes. Sobre sus cabezas y en
caracteres arábigos y griegos, algunos con cartelas ilegibles, podemos
identificar al Kaisar (Cesar) romano, a Chrosroes, el rey de los sasánidas, al
Negus de Etiopia y por ultimo un personaje conocido por la historia de España:
Roderikos, más conocido como Rodrigo, el último de los reyes visigodos. Las
otras dos figuras corresponderían al gran Khan y al emperador de china.
Las figuras mencionadas están de
pie y tienen las manos levantadas hacia arriba, un gesto que en el ritual y
ceremonial oriental se suele vincular con la súplica o rendición de honores.
Estos personajes van vestidos con túnicas largas hasta los pies y un manto
blanco sujeto en el hombro derecho con una fíbula, vestimentas típicas de los
dignatarios orientales en periodo tardoantiguo.
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Fresco Quasayr`Amra |
La presencia de Rodrigo en esa localización,
a miles de kilómetros de la Península Ibérica resulta cuanto menos curiosa, y
parece esclarecer un poco el misterio de final del último rey visigodo. Por una
parte, se sabe que Musa Ben Nusayr, gobernador de Ifriqiya, entró en Toledo en
el 712 y que su subordinado Tariq ben
Ziyad, que había sido el primero en poner un pie en la Península Ibérica,
fueron llamados a Damasco en el 714, Poco antes de la muerte del emir Walid I.
Las Crónicas hablan que acudieron
acompañados de muchos nobles visigodos hechos prisioneros y repletos de botín,
oro, plata y joyas, y de gran parte del Thesaurus
visigodo de Toledo, entre el que se contraria según la leyenda la mítica mesa
de Salomón; aunque un último estudio cuenta que se encuentra escondido en la península
ibérica, pero eso es otra historia. A pesar de que fueron mal recibidos en
Damasco por el califa, descontento por su comportamiento en Hispania, y de que
hubo castigos, humillaciones y torturas, la impresión e impacto que produjo la
derrota del rey visigodo, y el botín obtenido, sirvieron de propaganda y de celebración
triunfal en la residencia de Qusayr`Amra para los sucesivos emires que la
utilizaron.
Pero volviendo al tema de la representación,
en efecto, el último rey visigodo se presenta allí equiparado con los grandes poderosos de la Tierra. Y es
que la conquista del reino visigodo representa algo especialmente peculiar,
representa la conquista del “extremo” del mundo conocido, no hay más allá, agua
y vacío. La presencia de Rodrigo significa además la captura y muerte de un rey
cazador, experto y famoso en el arte de la cetrería, una especialidad
introducida por los visigodos no solo en occidente, sino también por la península
helénica y que causaba gran admiración en el mundo árabe.
Rodrigo no es representado
solamente como un subido vencido, para los Omeyas la derrota de Rodrigo fue la
derrota de uno de las grandes potencias de los imperios conocidos, y en el
imaginario musulmán esta era una
realidad que se podía ofrecer a los visitantes con orgullo. A esto se suma la
rapidez de la difusión de la noticia y la utilización propagandística de la
victoria, la apropiación inmediata del acontecimiento por parte del rey Omeya,
que además puso su empeño en oscurecer y empequeñecer el hecho de que fue un
contingente bereber el que logró la conquista.
Sin duda, la impresión por el botín
obtenido, aumento el interés y la satisfacción del califa de Damasco y de sus
emires, lo que indicaría la potencia del propio Thesaurus visigodo, así como los recursos del reino, que estarían lejos
de estar exhaustos y mucho menos acabados.
Los omeyas consideraron la victoria como una enorme y exitosa
empresa que acabó con uno de los más poderosos reinos conocidos. La conquista
de este “poderoso” reino fue exhibida a los visitantes y a los huéspedes de la
residencia del desierto jordano.
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