lunes, 25 de abril de 2016

Villalar, el triunfo del emperador ausente.

El pasado sábado, 23 de abril, se acumularon celebraciones en nuestro calendario sin que apenas nos diéramos cuenta. Ante la imponencia del IV centenario de la muerte de Cervantes y Shakespeare; y el idilio protagonizado por Sant Jordi, su dragon y sus rosas, día grande de Aragón pero también de Cataluña. Ante libros y dragones nos rendimos y olvidamos una conmemoración más antigua y mucho más relevante desde el punto de vista / en su contexto histórico. Un 23 de abril de 1521, hace ya casi cinco siglos, tenía lugar en las tierras de Castilla la derrota de los comuneros y el fin de la resistencia contra el joven emperador, la Batalla de Villalar es el ocaso de un mito trágico, la única muestra de rebeldía por parte de la fiel Castilla, aquella de la que Fernando quiso desligarse en sus últimos años pero a la que cedió Navarra pues afirmaba que las leyes castellanas hacían más fácil la gobernabilidad de cualquier reino. La gran Castilla, conquistadora de las Indias y cuna de la reina católica se rendía, obligada por las circunstancias ante su nieto, el Habsburgo, el extranjero, el Emperador.



En 1520 la situación en Castilla llevó a un levantamiento por parte de un amplio sector de la burguesía que consideraba que el rey Carlos no era adecuado para ocupar el trono castellano, su desconocimiento de la lengua, las costumbres y las instituciones, su rechazo a las Cortes y su recelo de todo lo castellano en favor de sus favoritos alemanes, su preocupación por la cuestión imperial y su explotación humana y económica de los recursos castellanos le convirtieron en enemigo declarado de los llamados comuneros que reivindicaban un monarca que se preocupara realmente por Castilla y no que únicamente portara su escudo en el estandarte e hiciera gala de sus títulos en Europa.

El alzamiento ha sido un tema especialmente controvertido desde el punto de vista de la historiografía, difícil resulta determinar si se trata de un rechazo fiscal, similar a los que se habían sucedido en la Edad Media, o sus características particulares lo convierten en un revolución de corte burgués y antiseñorial, que habría sido por su cronología pionera dentro de este tipo de movimientos sociales. Como suele suceder la vía de “en medio” es la más explicativa en este caso. Si bien es cierto que una de las principales reclamaciones de los comuneros era la excesiva presión fiscal que Carlos ejercía sobre el reino con la intención de financiar su candidatura imperial y sus campañas europeas, no fueron los nobles, como venía acostumbrándose en el periodo anterior, ni las Cortes quienes iniciaron las reclamaciones, sino las familias adineradas de Valladolid y Toledo, quienes iniciaron las reclamaciones y la lucha armada.

Los comuneros defendieron a Juana I como soberana de Castilla por derecho propio y trataron de poner a la reina en contra de su propio hijo, con la intención de separar sus destinos del resto de la herencia del Emperador y convertir a Castilla en un reino de menor tamaño pero de mayor autonomía. Defendieron además que la locura de la reina había sido propiciada o aprovechada por su padre y su marido para hacerse cargo del destino de los castellanos, pero que era perfectamente capaz de gobernar el reino de su madre. A pesar de los esfuerzos de María Padilla por convencer a la reina de que firmara la secesión y recuperara sus derechos Juana se negó. Posiblemente sabedora de que la ruptura y el enfrentamiento con su hijo, Carlos, podrían ser mortales para el reino castellano y hacer que perdiera sus derechos y privilegios. Juana era consciente de que el emperador era un peligroso enemigo, no tanto por su relación familiar, sino por las obligaciones y responsabilidades que el título conllevaba. El Emperador no podría haber aceptado la insubordinación de Castilla sin pelear y el reino hispano no tenía la seguridad y la fuerza necesarias para vencer al emperador. Además Carlos era heredero legítimo de la reina y se necesitaba un motivo de peso para negarle su derecho al trono castellano. La reina, quizás loca pero no por ello menos consciente de su realidad rehusó apoyar a los comuneros y su rechazo les condenó a muerte.

El 23 de abril de 1521 en la modesta población de Villalar tenia lugar el enfrentamiento final entre las tropas imperiales y los comuneros. Poco antes de la batalla los castellanos se habían refugiado en Torrelobatón con la intención de partir hacia Valladolid o Toro y allí hacerse fuertes y defender su rebelión, pero las tropas de Carlos comandadas por el Condestable de Castilla se situaron en la cercana localidad de Peñaflor de Hornija a la espera de algún movimiento por parte de los rebeldes. La madrugada del día 23 las tropas forzaron a Padilla para que avanzara hacia Toro con la intención de buscar refuerzos, armamento y provisiones, era el movimiento que el ejército imperial estaba esperando haciendo el conflicto inevitable. Padilla buscó un lugar propicio para el enfrentamiento y eligió la localidad de Villalar (actualmente Villalar de los Comuneros en su honor). El enfrentamiento era tremendamente desigual, las tropas comuneras eran escasas y aún se redujeron más por las deserciones en los momentos anteriores a la batalla. Fue una auténtica masacre, la superioridad del ejército de Carlos aplastó la revuelta sin apenas oposición y logró capturar a más de 6000 prisioneros además de los cerca de un millar de muertos que se había cobrado el enfrentamiento.

Al alba del día siguiente fueron ejecutados los tres grandes cabecillas masculinos de la revuelta, Padilla, Bravo y Maldonado. Las fuerzas comuneras resistieron durante casi un año más en Toledo hasta su rendición definitiva en 1522, tras la que se produjo una amplia amnistía que perdonaba la traición de los comuneros. María Pacheco se vio obligada a abandonar el reino y refugiarse en Portugal, dónde acabaría sus días, bajo pena de muerte.

Esta semana hemos recibido nuestra primera petición, lo cual nos llena de felicidad, aunque el tema es un poco trágico. Dedico este post, por tanto, a su inspiradora, Ana, que lo ha hecho posible.

Si tenéis dudas, preguntas, comentarios o sugerencias no dudéis en escribirnos.
Si te gusta nuestro trabajo compártelo en las redes sociales

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias Andrea por explicar lo que pasó y por llenar las lagunas que tenía sobre esta historia. Muy bien contada.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias Andrea por explicar lo que pasó y por llenar las lagunas que tenía sobre esta historia. Muy bien contada.

    ResponderEliminar