Como vimos anteriormente, la presión asiria provoco que las comunidades fenicias buscaran la manera de satisfacer las cada vez mayores exigencias del creciente imperio. La solución, como vimos, vino de la recuperación de los circuitos comerciales que se habían visto dañados por la aparición de los llamados pueblos del mar. Pero la necesidad de conseguir una mayor rapidez en la conclusión de los circuitos hizo que se buscaran nuevas formas de navegación, que permitieran un mayor recorrido en menos tiempo.
Extraido de: http://www.jmlucero.com/wp-content/uploads/2012/07/BARCO_FENICIO_1.jpg |
Para explicar la expansión fenicia,
no solo hay que aludir a las presiones económicas,
sino también a un creciente interés de la realeza por aumentar su economía personal,
así como de los círculos aristocráticos que exigían que las ciudades volvieran
a ser los centros de comercio internacional que habían sido en tiempos pasados.
Estas acciones implicaban tomar
una serie de decisiones, siendo primordial establecer los mecanismos necesarios
para que parte de los beneficios generados se destinaran a financiar la expansión
comercial. Una expansión que requería de los siguientes presupuestos: La construcción
de una flota de guerra que permitiera establecer rutas seguras. Por otra parte
se buscaría estimular el desarrollo de unas naves capaces de recorrer, en condiciones
de cierta seguridad, grandes distancias para alcanzar con mayor rapidez
aquellos puntos de consideración prioritaria.
De esta forma vemos, como los
fenicios son capaces de desarrollar, en el siglo X a.C., una capacidad técnica tal
que les permitan fletar poderosas naves de guerra y naves mercantes de gran
capacidad. Lo que les permitió aunar en sus rutas, cantidad, eficacia y
rapidez. Haciendo subir muchos puntos la economía de las ciudades Fenicias.
Además del aspecto técnico, también
era necesario disponer de la capacidad financiera suficiente, tanto para poder
construir y armar esos barcos, como para poder cargarlos con productos
atractivos en los territorios que iban a visitar. Esta capacidad financiera vendría
dada por la tesaurización emprendida siglos atrás por los diversos reyes de las
ciudades fenicias y sus círculos familiares. A pesar de este impulso al
comercio, las ciudades seguían siendo centros dedicados a la artesanía.
Por otra parte, hace falta un último
factor a tener en cuenta. Las naves fenicias no se conducen, cargan y comercian
solas, requieren de un personal. De forma que hacían falta tripulaciones, de
personas que pudieran ser destacadas de forma permanente o temporal en las
diversas escalas de la ruta, que resultarían necesarias para poder poner en
marcha la red comercial necesaria; y además sería necesario disponer de grupos
numerosos de individuos que estuviesen dispuestos a trasladarse de forma
definitiva a los nuevos entornos para
poder así reproducir todas las formas de vida correspondientes a una ciudad
sirviendo además de representantes permanentes de los intereses de la ciudad de
origen y de los que ellos mismos generasen.
Esto último nos permite abordar
una serie de cuestiones más importantes para poder explicar la expansión ultramarina
fenicia, su carácter. Podemos asumir que
la expansión fenicia tenía un primordial carácter comercial, aunque las
carencias alimenticias pudieron darle también un carácter agrícola. Pero esto
puede deberse más al hecho de que se le da excesivo protagonismo a la ciudad de
Tiro como si esta fuese la única ciudad fenicia. Aun asi el objetivo de los
comerciantes fenicios era claro, la obtención de materias primas, especialmente
metales, en áreas cada vez más alejadas de los núcleos de origen.
Los procesos de búsqueda de
materias primas serian, en cierto modo, sencillos. Consistirían
en la realización de navegaciones durante un periodo de mayor menor
longitud, siendo los tripulantes del barco los encargados de todas las tareas
necesarias, desde las relacionadas con el gobierno y mantenimiento de la nave,
hasta las propias transacciones comerciales.
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