Como vimos anteriormente, la expansión fenicia tuvo un carácter primordialmente comercial, buscando la primicia del mercado, esto se verá de una manera más clara cuando buscaran como lugares adecuados para sus enclaves, determinadas localizaciones que les permitan mantener una comunidad mínima, con acceso a las materias primas oportunas para su labor comercial así como buscar el establecimiento de unas relaciones comerciales pacificas con los núcleos indígenas de las diversas zonas.
La expansión fenicia tuvo como
resultado una intensificación de los contactos y del descubrimiento de nuevas
fuentes de aprovisionamiento de bienes de interés, lo que hacía aconsejable
mantener una presencia estable de gentes, que fueran las responsables de
mantener una negociación permanente de
modo que en el momento en el que los barcos llegasen, la carga y descarga de
los productos con objeto de que el intercambio se realizase de la forma rápida y
eficiente.
La presencia fenicia en una zona,
no requería que estos fueran la fuerza hegemónica de la región. Se conformaban
con que se les permitiera disponer de algún lugar donde residir y
almacenar y, si era posible, la elaboración
de productos artesanales. Esto se podría haber realizado bien en la misma área habitada
por las gentes locales, bien en áreas sin interés previo en la misma, y si era posible en un lugar próximo
a la costa o de algún estuario fluvial.
Este tipo de establecimiento requería
de residentes de origen fenicio que residiesen en el enclave de forma
permanente o temporal, pudiendo ser sustituidos por otros residentes de carácter
temporal tras un cierto periodo de tiempo.; de forma que según iba pasando el
proceso de establecimiento, estos enclaves se irían ubicando cada vez más lejos
de la zona original fenicia.
Una vez que la intensificación de
los contactos con una determinada área hubiese convencido a los motores de la expansión
en las ciudades fenicias del interés de disponer de una capacidad mayor de actuación
en un territorio, se daría paso al punto del plan de expansión. Este consistiría en garantizar a los grupos
dirigentes una presencia cuantitativa y cualitativa en determinadas zonas de
ultramar, para así poder gestionar in situ esos intereses económicos tanto en
beneficio de la propia ciudad fenicia de origen como de las gentes que se trasladarían.
Las colonias gozarían de un nivel
importante de autonomía con respecto a sus ciudades de procedencia, en gran
parte debido a un modelo en el que la creación de la colonia implicaba la dotación
de medios necesarios para la supervivencia y la reproducción de un esquema
social y político surgido a imagen y semejanza
de la propia ciudad de origen, en el que no están previstos mecanismos
de tipo imperialista.
La colonia surge como un
mecanismo para dar nuevas oportunidad a una parte de los círculos dirigentes de
la ciudad. EL objetivo último de las colonias no resulto ser tanto el servir a
los intereses de la ciudad de procedencia, como el hecho de reproducir de un
sistema político y social determinado, basado en la explotación económica de un
entorno nuevo.
La creación de nuevos enclaves,
favorecerá la circulación de bienes de una dinámica panmediterranea, entre
otras cosas porque las ciudades de Fenicia seguirían actuando como
intermediarias de diferentes intereses económicos y será en ellas donde
determinados artículos alcanzarían una valoración económica extraordinaria. Si a esto le añadimos la creciente presión Asiria,
mencionada en anteriormente, estaría en el propio interés de las ciudades la
apertura de nuevas áreas de captación de recursos
No hay comentarios:
Publicar un comentario