lunes, 28 de marzo de 2016

La propaganda antifemenina: el rechazo a las reivindicaciones de género

“¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución?” Olympe de Gouges, Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana.
Para concluir nuestro mes dedicado a los orígenes de la lucha femenina he decidido hacer un post un poco diferente a lo que os tengo acostumbrados. En esta ocasión lo importante serán las imágenes no las palabras, que espero que hablen por sí solas. Después de seis post protagonizados por mujeres ha llegado el turno de observar la reacción de la sociedad ante el auge de la lucha de género y para ilustrar sus planteamientos he decidido recopilar una serie de imágenes propagandísticas utilizadas durante la época de la revolución francesa y durante los momentos de auge de la reivindicación sufragista como ejemplos de las armas que se utilizaban desde la opinión pública para desprestigiar y denigrar a las mujeres que luchaban por la igualdad y por obtener los mismos derechos que los hombres.

"El feminismo alienta a las mujeres a dejar a sus maridos, matar a sus hijos, practicar la brujería, destruir el capitalismo y convertirse en lesbianas" Pat Roberston

En primer lugar, y sin tener un carácter revolucionario, es digno de observar el trato vejatorio que se utilizaba contra la reina María Antonieta en un intento de desprestigiarla como mujer y como símbolo monárquico. Los revolucionarios franceses eligieron la temática erótica y denigrante para ilustrar el papel fundamental de la reina en el devenir histórico, la reproducción. En otras imágenes se la tildaba de adúltera y de lesbiana con la intención de desprestigiar tanto a su descendencia, al insinuar que pudiera ser ilegítima, como a su propia feminidad, puesto que la homosexualidad era condenada moral y públicamente, especialmente la femenina.


Maria Antonieta como adúltera
María Antonieta como lesbiana
María Antonieta como mujer lasciva

Otro de los ejemplos utilizados por la propaganda antifemenina revolucionaria fue Charlotte Corday. Su papel en la muerte de Marat la convirtió en un blanco fácil para la crítica al colectivo femenino, puesto que sirvió de ejemplo de la inestabilidad, emotividad y falta de juicio de las mujeres. Era representada como un ser sin moral y sin capacidad de raciocinio que había actuado por capricho, sin una justificación lógica. Mientras que para unos era la imagen de la debilidad y la maldad femenina, para otros se convirtió en un símbolo de la revolución.

Charlotte Corday como asesina de Marat
Charlotte Corday como "Martir de la igualdad"
Si damos un pequeño salto en el tiempo nos encontramos con una clase distinta de propaganda, ya no tan personalizada, la propaganda antisufragista. En este caso el objeto de atención y burla era el colectivo femenino en su conjunto, como género. Se aprovecharon de los estereotipos de comportamiento y se aprovecharon de la sensibilidad maternal y de la tradición para condenar a las sufragistas al ostracismo como destructoras de los valores familiares, el matrimonio y la virilidad masculina. Otra de las críticas extendidas y bastante comunes era acusar a las sufragistas de ser solteronas aburridas que renegaban de la vida civil porque no habían logrado formar una familia. También se las criticaba por su aspecto, se consideraba que estaban amargadas porque carecían de la belleza esperable en una mujer y que eso las hacía estar amargadas y en contra del orden social. Este tipo de propaganda se extendió por Europa y Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX hasta la progresiva implantación del sufragio femenino en los países occidentales.

El lugar de la mujer es el hogar
Las mujeres se hacen sufragistas porque son feas
Nadie me quiere, así que me haré suffragette

Suffragettes que nunca han sido besadas
No salve mi país para esto
Pero las más perjudicadas y perseguidas fueron sin duda las sufragistas británicas, de las que hable en mi último post. Su acción directa y su desobediencia civil las convirtieron en el blanco de la crítica popular y en el símbolo de la destrucción de los valores tradicionales para la opinión pública. Desde la implantación de su sobrenombre “suffragette” como burla de su reivindicación y como diferenciación de las defensoras de obtener el voto femenino a través de la vía pacífica, conocidas como sufragistas. Uno de los grandes iconos de esta campaña de desprestigio fue Emmeline Pankhurst, cabecilla junto con sus hijas.
Odio a los hombres como venganza por su desprecio
Abandono familiar

Lo que debería hacerse con las sufragistas
En definitiva, la propaganda fue una de las armas más importantes utilizadas por el conjunto de las sociedad que rechazaba la idea de que debiera existir una igualdad entre hombres y mujeres. Ya fuera por razones políticas, religiosas o en defensa de la tradición gran parte de la sociedad renegaba y condenaba la acción de estas mujeres, puesto que consideraba que el voto femenino no era ni necesario, ni lógico, puesto que las mujeres carecían de la capacidad intelectual suficiente como para tomar decisiones políticas. Resulta paradójico que en nuestros días el mensaje sexista sea dominante en los medios de comunicación y especialmente en la publicidad. Los anuncios dedicados a los productos domésticos, el cuidado de los niños y la belleza suelen estar protagonizados por mujeres. Mujeres que transmiten un canon concreto de comportamiento y aspecto.



Si tienes preguntas, críticas o comentarios no dudes en escribirnos.

Si te gusta nuestro trabajo compártelo en las redes sociales

No hay comentarios:

Publicar un comentario