Este fin de semana, van a ser las elecciones Generales en nuestro país. Un país, que siempre se ha enorgullecido de su pasado grecorromano. Pero ¿son nuestras elecciones parecidas a las que concurrían en la antigua Roma? ¿Cómo eran las elecciones en Roma? ¿Qué requisitos debían cumplir los candidatos para poder presentarse? ¿Quién les elegía? ¿Cómo era el día electoral?
Cicerón ante el Senado Extraido de :Histoire-fr.com |
Los candidatos debían cumplir una
serie de requisitos para poder ser aspirantes a un determinado puesto, entre el
que destacaba el que fueran honestos y su candidatura beneficiara a Roma. Debían
declarar ante el magistrado que fuera a presidir el proceso electoral su intención
de ser elegidos para un cargo, ante lo que el magistrado podía, o no, aceptar la inscripción.
En el ámbito municipal los aspirantes debían presentar una declaración expresa
al consejo municipal dentro de un día determinado, que era prefijado por ley
antes del día previsto para la votación, dentro del mes de marzo, ya que los
elegidos tomaban posesión de su cargo el uno de julio, siendo proclamados con
tres meses de antelación.
Si los candidatos no renunciaban
y eran finalmente aceptados, se incluían sus nombres en la lista electoral, y se
dejaba expuesta en el Foro y en otros lugares de alta frecuencia, entre las que
se encontraban las Contiones, reuniones convocadas para discutir las rogationes
o para presentar a los candidatos. En estas reuniones era las únicas en las que
los candidatos podían hacer uso de la palabra, lo que las convertía en focos de
propaganda electoral. Por lo tanto permitía al candidato exponerse a una mayor
cantidad de la población.
Los candidatos quedaban
diferenciados del resto, porque a partir del momento en el que les aceptaban
como Candidatii, estos llevarían una
toga blanqueada con tiza.
La publicidad electoral tenía una presencia activa en Roma, ya que el
Cursus honorum,, una especie de
curriculum vitae de la experiencia política,lo que les obligaba a contar con el respaldo
del electorado si se quería acceder a una magistratura, lo que suponía un
esfuerzo dirigido a convencer al potencial electorado.
En teoría no debían hacer
propaganda electoral, pero en la práctica los candidatos estaban haciendo
constantemente publicidad de todo lo que a ellos concernía. Aunque esto se lo
saltaban muy a menudo, pues encontraban las estrategias legales que les permitían
saltarse el no poder hacer propaganda.
La celebración de los comicios
se inician con un ritual de escrupuloso cumplimiento, lo que era garantía de su
legitimidad. Una vez designado el presidente y designada por los cónsules la fecha de la convocatoria, el comienzo de
las votaciones se veía precedido por unas ceremonias religiosas. En las cuales
el magistrado que presidía debía verificar que el acto contaba con los
auspicios favorables. La importancia de dicho ritual era tal que un fallo en el
mismo podría provocar la invalidez del proceso electoral.
Entre las funciones del
magistrado se encontraba la obligación de resolver cualquier problema técnico o
material que pudieran surgir en el trascurso del acto.
Con los augurios favorables y
bajo supervisión del arúspice, el magistrado ofrecía un sacrificio ritual, durante el cual se daba por concluida la
fase propiciatoria. Seguidamente el magistrado entraba entonces en el espacio electoral, donde estaban ya
dispuestas las urnas y los ciudadanos
que desempeñarían de manera voluntaria las tareas auxiliares. El
presidente subía a una tribuna desde la cual recibía la información de las
incidencias según se fueran produciendo, resolviéndolas in situ para garantizar
la correcta evolución del acto. Por último, recibía a los rogatores que le entregaban
los resultados de la votación, y desde la tribuna proclamaba a los candidatos
que resultaban electos.
La votación comenzaba cuando el
presidente daba la orden al praeco para llamar al pueblo, que siguiendo la tradición
se organizara en tribus, a entrar en el espacio electoral para proceder a las votación.
Una vez obtenidos los resultados, el presidente hacia públicos los resultados
parciales, por Tribus.
Vemos que el proceso electoral
aunque esencialmente parecido al actual, en el que cada cuatro años nos convocan
a los ciudadanos a elegir a nuestros representantes a unos recintos
electorales, viéndonos divididos en distritos electorales. En la práctica era
un sistema distinto, donde los candidatos debían haber mostrado una serie de
requisitos mínimos para poder aspirar al puesto, unos requisitos en los que la
honestidad era marcada como un elemento imprescindible, no como ahora ¿verdad? Donde
a pesar de probadas actitudes deshonestas, vemos a ciertos candidatos acudir a continuados comicios.
Qué bueno es conocer estos aspectos de la Historia.
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